de olvidadas sabinas
sacudidas por el tiempo
sufriendo y protegiendo
la tierra que pisa el hombre.
Siento
un tremendo cierzo
que hace temblar al cielo,
cae
la amenaza como un trueno
y en un vuelo
huye la vida lamentada
desesperada y callada
de donde el hombre
apuesta resignado
un destino desgarrado.
La aridez
sangrará arena y sabia
de una muerte de la que no puede huir
construida por la insensatez
por un dinero sembrado
que no recogerán
los hijos que vistes nacer.
Así te quieren
sin ti sabina
sin mí
porque sin ti no sé vivir
en un cielo de estrellas de neón
en un horizonte sin pasado
donde un extraño cierzo
sacudió la ultima razón.
¡Tierra¡
si no gritas
gritaré y elevaré mis versos
hasta el mismo Sol
que dio la sed
a este océano de sentimientos
aún llamado Los Monegros.
1 comentario:
muy bonita poesía.
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